Que las adidas Yeezy son las zapatillas del año no le cogerá a nadie por sorpresa. Una afirmación irrefutable en términos de notoriedad (o en precio en reventa, si queremos optar por una variable más objetiva). Por eso nos hemos querido preguntar -aprovechando el lanzamiento de su último colorway para la silueta 350 y la próxima 750 o noticias como Nick Young ‘Swaggy P’ jugando con estas últimas siluetas en un partido oficial- ¿está el producto al nivel del ruido que genera?
Analicemos el momento en que llegan la adidas Yeezy. En primer lugar, el fichaje de Kanye West por la marca de las tres rayas. Ya lo dijo el propio ‘Ye en Mercy: Don’t do no press but I get the most press kit. Una de las figuras mediáticas asociadas al rap y al mundo de la moda urbana que más noticias protagoniza. Por eso no es de extrañar que, cuando comenzaron los rumores y finalmente el fichaje se materializó, la noticia del salto de Nike a adidas supusiese un boom mediático.
Nos sentimos atraídos por las figuras controvertidas y las historias de caída que terminan con un posterior punto álgido. Es el ABC de la construcción del relato. Aquí lo tenemos. Fue la construcción de la mitología de los grandes fichajes deportivos, adaptado al mundo de las sneakers.
Pensemos también en el momento en que llega a adidas. Utilizando el claim que la marca ya usó, los de Herzogenaurach se encontraban haciendo un all-in. Fichajes de diseñadores, prescriptores y brand amdassadors, renovación y actualización de gama de producto, aplicación del savoir-faire Y-3 a su oferta general… Una marca en clara ascendencia y actualización ficha a L’enfant terrible.
¿Es Kanye West un gran diseñador? Sí y no. Como el mismo ha reconocido, no es un diseñador “de formación” y su condición de superestrella del rap le ha beneficiado -obviamente, a llegar a un mundo que para el resto de mortales está acotado- pero también le ha impedido gozar del respeto que otros gozarían si mostrasen su visión comercial, en primer lugar, y estilística, en segundo. A título personal, Kanye West no es gran generador de tendencias, pero sí un excelente catalizador. No es el primero en dar el siguiente paso, pero sí el primero en ver a quien lo está dando, seguirlo y animar a resto del mundo a que vayan detrás de él.

También es importante ver la evolución del de Chicago. Desde que comenzó su popularidad, en la que su imagen se basaba en una combinación de Polo, una cierta orientación hacia el estilo preppy y todo ello con un punto de macarrismo raper. Pero de ahí fue evolucionando hacia lo que es hoy West y el momento en que se encuentra. Anunciador de diseñadores de fuera del espectro urbano, se ha convertido en un adalid de la última tendencia; una evolución del streetgoth hacia un barroquismo y oscurantismo. El mejor reflejo: su colección textil.
Pero esto es una web de zapatillas y a eso nos debemos. Existen -de momento- tres siluetas dentro de lo que conocemos como el concepto Yeezy: adidas Yeezy 950, 750 y 350. La dos últimas con la coletilla Boost. Las primeras se podrían entender como un pequeño capricho que se ha dado a sí mismo Kanye West. Un ejercicio de diseño más conceptual que útil, ya que difícilmente podemos definirlo como sneaker y poca trascendencia tendrá en las calles. Las 750 son las que primero conocimos como Yeezy; una zapatilla de caña alta, con apertura lateral y una tira de sujeción en la zona del empeine. Hasta el momento, tenemos constancia de un colorway y otro que se pudo ver en la presentación de septiembre de la colección textil Yeezy.

Las adidas Yeezy 350 Boost es la silueta que mejor ha encarnado el concepto Yeezy (y en la que acabamos pensando, irremediablemente, si usamos esta palabra). Es una sneaker de caña baja, con una concepción irremediablemente sencilla (no simple) pero cuyo conjunto final es de una consistencia y compacidad elevada. Es el claro ejemplo en el que el todo es más que la suma de las partes.
Si algo ha hecho bien siempre Kanye West (aunque para algunos ha sido más una debilidad que un punto fuerte) es unir su visión a la de las marcas con las que colabora. Lo hizo en BAPE, en Reebok, en Vuitton, lo hizo en Nike y lo ha hecho en adidas. Las Yeezy no son un homenaje a la historia de la marca, pero sí a su estado actual. Tirando de las señas tecnológicas de la casa, como el Boost o el Primeknit (con un upper prácticamente construido a través de este material), ha hecho una zapatilla que poco más tiene, pero que sin duda tiene algo más. Aunque sólo sea una acertada decisión estética.

La ilusión, o desilusión, se basa en la gestión de expectativas. Si alguien espera de un diseñador (si podemos llamar así a Kanye) un producto revolucionario en materia técnica, está errando desde el principio. Las Yeezy Boost nunca serán una buena zapatilla en ese campo porque el señor West es alguien sin la formación y experiencia necesaria para ofrecer ese resultado final. Pero sí que es un excelente producto para alguien que, no nos olvidemos, es conocido por buena parte del planeta como el marido de Kim Kardashian. Y los que no lo conocen como tal, lo hacen en su faceta de músico.
Una vez solventada la parte puramente tangible de esta zapatilla, toca entrar en aquellas más subjetivas, como puede ser el precio o la notoriedad. ¿Valen lo que cuestan? Valen lo que alguien esté dispuesto a pagar. Lo cierto es que no es una zapatilla cara para las horquillas de precio que estamos manejando actualmente por otros productos (en muchas ocasiones, retros de escaso cariño y cuidado en los acabados o materiales). ¿Podría ser una zapatilla más barata? También. Pero los sold-out casi instantáneos nos indican que podrían ser (mucho) más caras y no habría excesivos problemas.
¿Son un producto tan bueno como para justificar la locura colectiva alrededor? Una vez más la respuesta es depende. Lo cierto es que en una época de hartazgo cultural ante la sobreexposición a estímulos, nuestros deseos lo marcan prescriptores y modelos aspiracionales. Y hoy en día pocas personas son capaces de marcar tendencia en campos tan diferentes entre sí -como lo son la música, la moda o el propio gossip- como Kanye West. Es, quizás, el mayor creador de tendencia entre los amantes de la cultura urbana. ¿Cómo no va a haber locura por sus zapatillas? Estamos hablando de un señor que ayudó a poner el grime de moda, a un nivel mainstream, subiendo a Skepta a un escenario simplemente a acompañarle.
Pero para determinar si las adidas Yeezy son un buen producto o un bluf exagerado por el hype le hemos preguntado hecho una pregunta muy simple a algunos de los expertos más reconocidos en este campo en España: ¿Yeezy sí, Yeezy no? Y esto nos han contestado:
Kike Marina, sz9.es
“Creo que una zapatilla hay que entenderla en un contexto y el sí-no depende no solo del producto sino de lo que le rodea. El diseño me parece que llega un par de temporadas tarde si intentaba ser algo rompedor, pero muy adecuado si lo que quiere es un producto masivo. Lo que me parece completamente desproporcionada es la reacción, con colas de cinco días para hacerse con un par, incluso por gente que nunca se había interesado por las zapatillas ni por el propio Kanye. Un producto técnico y bastante interesante, por obra y gracia del hype está a punto de agotarnos”.
Cristian Ortiz (@kickstian – ‘Causeineedit & Spain Kicks)
Marc Pàmies, editor de Cordons Negres